Monte Dinero: cómo es dormir en el último confín de la Argentina continental

Hay lugares del país que sorprenden con historias y actividades en geografías inhóspitas, aparentemente despojadas de interés, pero que en realidad tienen mucho por descubrir.
Como este rincón donde la indómita estepa patagónica se hunde en las aguas del estrecho de Magallanes y del Atlántico Sur, donde las historias las cuenta el viento, como advirtiendo a quien pase de largo que se perderá algo importante.
En el extremo austral del mapa continental de la Argentina, donde un solitario faro vigila la costa poblada por pingüinos, hay una estancia que marca presencia desde hace más de 130 años.
La estancia más austral del continente fue fundada en 1889. Foto Estancia Monte Dinero
Es Monte Dinero, la última estancia argentina en tierra continental, un sitio único por su valor geográfico y simbólico, donde termina el continente y comienza la mítica 40, por lo que es punto de llegada -o partida- para muchos de los que recorren de punta a punta la ruta más espectacular del país.
Pero esta estancia centenaria, ubicada a 115 km de Río Gallegos, capital de Santa Cruz, y a pocos metros del límite con Chile, es mucho más que un punto geográfico; es también una invitación a descubrir una Patagonia tan auténtica como poco transitada.
Los huéspedes pueden participar de actividades típicas de una estancia santacruceña. Foto Estancia Monte Dinero
Además de su ubicación, Monte Dinero se destaca por ser historia viva de la vida rural en un entorno inhóspito y de horizontes sin fin. Fundada en 1889 por el Dr. Arthur Fenton, un médico irlandés que se casó con la viuda de un pionero y decidió echar raíces en este confín austral, la estancia fue testigo de hechos fundamentales de la historia; desde los primeros intentos por delimitar la frontera con Chile o la fiebre del oro que le dio nombre, hasta el desarrollo de una ganadería que hoy se sustenta en estándares de sostenibilidad.
Desde hace más de seis generaciones, la familia Fenton habita el suelo de esta confín patagónico, y desde hace 30 años abre su tranquera a los visitantes.
Actualmente, Carolina Fenton y su hijo Kevin Pamich (5ta y 6ta generación de la familia pionera) llevan adelante el proyecto turístico con una mirada arraigada en la identidad histórica del lugar, en el que la crianza de ovejas Merino MPM, lana reconocida por su suavidad y calidad, sigue siendo el corazón productivo.
La apertura al turismo permite compartir con la familia la historia y el modo de vida en este confín del continente, un modo de vida que no se comprende, hay que vivirlo.
Monte Dinero puede resultar un gran plan para pasar una noche bajo las infinitas estrellas de los cielos patagónicos, con distintas opciones de alojamiento, para distintos tipos de viajero.
El living de la casa principal, con espacio de lectura y recreación. Foto Estancia Monte Dinero
En primer lugar, el casco histórico, a pocos metros de la frontera con Chile, llamado “The Big House” -la casa grande o casa principal-, que conserva la esencia de la vieja casa familiar, con pisos de pinotea, objetos de época, un salón de lectura y habitaciones bautizadas con los nombres de antepasados familiares, como Emma o Arthur.
La estadía incluye comidas basadas en recetas familiares y productos frescos de la huerta, parte fundamental de la experiencia.
A 200 metros, la Posada Ruta 40 es una opción más sencilla, en un edificio remodelado a partir de la antigua matera y cuenta con habitaciones privadas con pensión completa o media pensión y también funciona en “modo albergue”, en habitaciones compartidas y con desayuno, ideal para quienes buscan refugio por una noche.
Posada Ruta 40, una opción de alojamiento igual de cálida pero más sencilla y económica. Foto Estancia Monte Dinero
A pocos km, sobre la costa, se alza el faro Cabo Vírgenes, construido en 1904, y justo a sus pies -cerca del cartel que indica el comienzo de la ruta 40-, funciona la casa de té “Al Fin y al Cabo”, -a cargo de la estancia-, que sirve tortas caseras y unas empanadas de cordero que ya se han ganado su fama, con el sabor genuino de la cocina sin prisas. Abre de octubre a Semana Santa.
El lugar también forma parte del circuito del Pasaporte Ruta 40, con el que los viajeros sellan simbólicamente el inicio (o fin) de su travesía por la legendaria ruta.
El faro Cabo Vírgenes marca el final de América sobre el Atlántico. Foto Estancia Monte Dinero
Al ser una estancia viva, en plena actividad, Monte Dinero invita a participar de las tareas rurales típicas del campo santacruceño, desde el trabajo con ovejas hasta las caminatas con perros border collie entrenados para el arreo o la interacción con Anouk y Noah, dos perros raza maremmano que protegen a los rebaños de depredadores.
Y experiencias imborrables como el encuentro con caballos en libertad, que suelen acercarse a los visitantes con curiosidad. Además, la costa cercana permite descubrir uno de los tesoros naturales del lugar: la colonia de pingüinos de Magallanes de Cabo Vírgenes, que en época de cría puede alcanzar las 100.000 parejas con sus pichones.
La pingüinera de Cabo Vírgenes alberga hasta 100.000 parejas con sus pichones. Foto Estancia Monte Dinero
Caminatas guiadas, travesías en 4x4 por los acantilados, visitas al hito nº 1 de la frontera y vistas panorámicas al estrecho de Magallanes desde el monte Dinero completan un menú de experiencias inigualables en el confín más austral de América.
Paquetes de dos noches para dos personas en temporada baja (octubre a abril, excepto del 20/12 al 20/1).
● The Big House: $ 1.250.000; con pensión completa y actividades guiadas.
Ovejas con el estrecho de Magallanes de fondo. Foto Estancia Monte Dinero
● Posada Ruta 40: Modo Posada, $ 598.920 (con pensión competa en hab. privada con baño compartido. Modo Albergue, $ 156.240 (una noche c/desayuno en hab. cuádruple compartida).
● IG: @estanciamontedinero
Clarin