Agosto en el norte: playas, pozas y pueblos frescos para huir del calor

Las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina y son muchos los que están deseando huir de la rutina durante unos días y relajarse en alguna de las muchas zonas maravillosas de costa que hay en España. Los grandes centros turísticos, como la Costa del Sol, la Costa Brava o las Islas Baleares se llenan de turistas en la temporada estival, pero hay quienes rehúyen de esas regiones tanto por las masificaciones como por las altas temperaturas que hay en ellas entre los meses de junio y agosto.

Todos aquellos que quieren escapar del sofocante calor veraniego que se produce en muchas partes del litoral español, tienen una opción magnífica para pasar las vacaciones: el norte de la Península Ibérica. Tanto en Galicia y Asturias como en Cantabria y País Vasco hay infinidad de espectaculares playas y piscinas naturales increíbles en las que es posible refrescarse, pero además también hay muchísimos pueblos asombrosos que son perfectos para hacer turismo rural.

En la comunidad autónoma de Galicia están algunas de las playas más excelsas de toda España, como la célebre playa de las Catedrales o la de la Lanzada, aunque en el noroeste peninsular hay otros muchos arenales mucho menos conocidos, como el de Espiñeirido, que son perfectos para relajarse. Por su parte, en la vecina Asturias también hay enclaves apasionantes como la de playa de Lastres o la del Silencio, enclavada en el precioso pueblo de Cudillero.

Cantabria también está repleta de apasionantes playas de arena fina enclavadas en entornos apasionantes o bonitas localidades, como es el caso de la del Sardinero, en pleno centro histórico de Santander, la de Somo o la de Amió. Igual de increíbles son los arenales del País Vasco, y es que obviando la sublime playa de La Concha en San Sebastián, hay otros paraísos costeros de enorme belleza, como el de Itzurun, en Zumaia, el de Arrigunaga o el de Laga.

Hay quienes prefieren no ir a la playa durante sus vacaciones de verano y optan por combatir el calor en otro tipo de enclaves, como por ejemplo impresionantes piscinas naturales. En Galicia destacan las maravillosas Pozas de Melón, ubicadas cerca de la frontera con Portugal y que están a poca distancia de los hórreos que copan el pueblo que las da nombre.

En un entorno igual de apasionante se ubica la Olla de San Vicente, un imponente enclave cercano a Cangas de Onís que parece sacado de un cuento de hadas y que es uno de los secretos mejor guardados de toda Asturias. A tan solo una hora y media de esa magnífica poza, en el corazón de Cantabria, es encuentra la increíble piscina natural del río Pas, situada a pocos kilómetros de Puente Viesgo y su conocido balneario.

Para los que estén en el País Vasco y sean unos amantes de la naturaleza, tienen que recorrer casi por obligación la asombrosa Ruta del Agua de Berganzo, un recorrido por el río Inglares en el que podrán disfrutar de bucólicas pozas y cascadas, así como de un entorno repleto de vegetación que se asemeja al escenario de una película.

La realidad es que el norte de España está repleto de espectaculares piscinas naturales escondidas en parajes de una belleza asombrosa, por lo que descubrir alguno de estos tesoros es una manera magnífica de evitar tanto la playa como las altas temperaturas que suelen sacudir España durante los meses de verano.

Si por algo se caracteriza el norte de España, es por tener infinidad de pequeños pueblos llenos de encanto tanto en la costa como en el interior de las diferentes comunidades autónomas. De esta manera, en Galicia se pueden explorar localidades tan pintorescas como Allariz, Betanzos, Combarro, Muros o Ribadeo, mientras que en Asturias es posible visitar villas tan apasionantes como Cudillero o Llastres.

En Cantabria también hay un abanico enorme de destinos de turismo rural excelsos, tanto a orillas del Cantábrico, como Comillas o Santillana del Mar, como en el interior de la comunidad, lo que ejemplifican a la perfección Potes o Liérganes. Por su parte, los que visiten el País Vasco tienen la inmensa fortuna de poder conocer municipios tan sublimes como Laguardia, así como lugares de una belleza inconmensurable como San Juan de Gaztelugatxe.