La cascada de Huelva que aparece cuando llueve y casi nadie conoce

La primera mitad del año 2025 se ha destacado por ser un periodo de frecuentes lluvias, principalmente a lo largo del mes de marzo, que ha sido sin lugar a dudas uno de los más prolíficos de los que se tienen registros en ese sentido. Unas lluvias que han llegado para devolverle la vida a multitud de parajes que han presentado imágenes que hacía muchos años que no teníamos la suerte de poder contemplar de cerca.
Es por ello, que esta parte de la primavera, antes de que lleguen los rigores más complicados del verano en estas latitudes, es perfecta para disfrutar de enclaves que se encuentran en el medio natural que han recuperado su principal riqueza. Ríos, arroyos, lagos, pantanos y cascadas son lugares perfectos para disfrutar ahora de unos días de descanso, escuchando sólo la tranquilidad de la naturaleza y el rumor del agua.
Es lo que está sucediendo en un entorno privilegiado que se encuentra en el corazón del Parque Natural de Aracena y Picos de Aroche, concretamente en un lugar conocido como los Chorros de Joyarancón. Se sitúan en el término municipal de la localidad de Santa Ana la Real, y este año presentan una imagen que hacía muchos años que se no veía. Una cascada que conoce realmente poca gente y que sólo se puede disfrutar después de una buena temporada de lluvias, como es el caso actual. Un regalo que nos dejan las copiosas lluvias, que nos vuelven a demostrar como el agua es vida.
Este paraje está considerado como uno de los enclaves más valiosos y emblemáticos de todo el parque natural y recibe a lo largo del año numerosas visitas de curiosos y entusiastas de la naturaleza que quieren entrar en contacto con la belleza de lo salvaje. En sus momentos de máximo esplendor, el salto de agua alcanza una nada despreciable altura de hasta 15 metros.
Todos aquellos que quieran disfrutar de este espectáculo que brinda la naturaleza deben de situarse en el casco urbano de Santa Ana la Real y andar aproximadamente un kilómetro en dirección a Alájar de la Sierra. Una vez en él, hay que tomar el camino que sale desde el Puente de los Casares y cruzar en dos ocasiones la rivera, que en función de las lluvias y la época del año, llevará más o menos agua. Posteriormente hay que ascender a través de una cuesta de unos 50 metros, girar a la izquierda por un carril que discurre entre pinos y castaños, que finalmente nos lleva hasta los pies de la cascada. Los integrantes de senderismo Sevilla han organizado numerosas excursiones a este enclave y en este enlace profundizan en todo lo que ofrece la ruta.

Acudir a esta bonita cascada, surcando un sendero que nos resultará inolvidable, es una buena oportunidad para conocer un enclave como Santa Ana la Real, que se encuentra a 640 metros de altitud, y cuyo término municipal se localiza prácticamente de manera íntegra en el interior del parque natural. Un municipio cuyo núcleo principal se encuentra en un valle desde el que se atisban los picos del Cerro Castillejo y las Cumbres de la Serrachuela. Es uno de los lugares con mayor índice de precipitaciones a lo largo del año de toda España.
Un lugar en el que podremos disfrutar no sólo de sus cascadas, bosques y senderos, sino también de su magnífica gastronomía, en la que destacan platos como el estofadillo –un guiso de patatas y carne de cerdo-, el potaje de habichuelas con bacalao o el gazpacho de papas cocidas.
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