Qué es un crucero de reposicionamiento y el dato clave que hay que tener en cuenta
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Para algunos, la propuesta remite a aquellos antiguos viajes en barco, cruzando el Atlántico, pero con todas las comodidades de los tiempos modernos. Para otros, fans de los cruceros, es la posibilidad de aprovechar al máximo todo lo que se ofrece a bordo, con la tranquilidad de que es un viaje largo, de varios días, y sin tanto recambio de gente.
Los cruceros de reposicionamiento, sean los transatlánticos en el caso de los que van y vienen entre puertos americanos y Europa o los que van por el Pacífico uniendo Sudamérica con Estados Unidos, tienen características particulares que fascinan a algunos, aunque también pueden no convencer del todo a otros.
En primer lugar hay que saber de qué se trata un crucero de reposicionamiento.
Con las diferentes temporadas en el mundo, las empresas navieras planifican su actividad para todo el año con mucha anticipación y, en función de esto van acomodando los barcos.
Por ejemplo, se sabe que entre octubre/noviembre y marzo/abril es la temporada de cruceros en Sudamérica, mientras que durante el verano europeo, hay mucha más demanda de circuitos en el Mediterráneo (aunque, hay que aclarar, en estos meses de invierno en Europa hay compañías mantienen algunos itinerarios).
El barco Costa Favolosa en plena navegación. Tiene capacidad para 3.800 huéspedes. Foto Costa Cruceros
Esto significa que las empresas tienen que mover los barcos, "reposicionarlos", para que, tras operar con circuitos "normales" -como los minicruceros de 3 o 4 noches, o las salidas de una semana o 10 días- en determinada zona, comiencen con sus salidas de temporada alta en otra región.
"Son una experiencia única, donde la navegación y la vida a bordo adquieren un protagonismo especial. Al tratarse de viajes más largos que los tradicionales, la oferta de actividades se amplía significativamente", explica Pablo Laudonia, gerente de Ventas de MSC Cruceros para Argentina y Latam.
Desde Costa Cruceros, Fernando Joselevich, Country Manager de Argentina y Latam, explica: "Al contar con más días a bordo, podemos destacar algunas sorpresas adicionales, tanto gastronómicas como en celebraciones. Por ejemplo, en el buffet se organizan eventos culinarios especiales adaptados a la experiencia de un crucero de larga duración o cenas bajo las estrellas en los días de navegación oceánica".
En los transatlánticos la vida a bordo adquiere mucho protagonismo. Foto MSC Cruceros
Una de las ventajas que se suele señalar en relación con los cruceros de este tipo es el precio.
"La tarifa, con todo incluido, resulta muy competitiva en comparación con otras opciones de viaje de similar duración", señala Joselevich quien considera que estas salidas podrían ser atractivas "para parejas jóvenes y adultas que pueden disfrutar del viaje con todas las comodidades y también para los nómadas digitales, quienes valoran la posibilidad de trabajar y disfrutar del viaje simultáneamente, gracias a la conexión a Internet satelital de alta calidad disponible a bordo".
El barco Sapphire Princess en el puerto de Ushuaia. Foto Télam / Archivo
Desde MSC, Laudonia señala la posibilidad de conocer diversas ciudades, pueblos y culturas con la comodidad de no tener que cambiar de hotel, trasladar equipaje ni preocuparse por la comida, algo que es el fuerte de todos los cruceros.
Otro punto a favor es el ritmo más relajado ya que no hay recambio de pasajeros tan seguido y la tripulación puede conoce mejor a los pasajeros.
Pero hay un dato fundamental a tener en cuenta: la duración del viaje y los días de navegación sin tocar puerto.
"Es importante considerar que un crucero transatlántico desde Buenos Aires a Savona (Italia) tiene una duración de 21 días. Por lo tanto, se requiere contar con ese tiempo disponible para el viaje", señala Joselevich.
Además, según el recorrido, puede haber varios días seguidos de navegación, sin tocar puerto. Para algunos puede ser muy divertido y para otros, no tanto.
Tiempo de masajes en el spa. Foto Costa Cruceros
Estos viajes no son circulares, es decir, no se sale y regresa al mismo puerto. Por lo tanto, a la tarifa del crucero hay que agregar el costo del pasaje aéreo: si sale de Buenos Aires y termina en Europa, habrá que comprar un vuelo para regresar. Algunas agencias venden el paquete del crucero con el pasaje ya incluido.
Las propuestas se multiplican en función de la cantidad de cruceros que operan en esta zona. Aquí van algunas para darse una idea de itinerarios y precios.
- El barco Costa Favolosa parte de Buenos Aires el 29 de marzo de 2025 y su destino final es Savona (Italia), a donde llega el 17 de abril. Las escalas: Río de Janeiro y Recife (Brasil), isla de San Vicente (Cabo Verde), Las Palmas (España), Casablanca (Marruecos), Barcelona (España) y Marsella (Francia). El cruce implica 4 días de navegación seguidos. La tarifa de la cabina interna doble arranca desde US$ 4.118 (el precio es para dos personas, con impuestos); una cabina externa, desde US$ 5.141 y con balcón, US$ 7.651. Paquete de bebidas para toda la travesía, US$ 760 y wifi US$ 82 (estos precios de servicios extra son por persona).
- En el sentido inverso, el barco MSC Fantasía tiene una salida el 6 de noviembre de 2025 desde Civitavecchia, Italia, a Buenos Aires. Es un viaje de 18 noches con escalas en Barcelona (España), Tánger (Marruecos), Las Palmas (España), Salvador, Río de Janeiro (Brasil), Montevideo (Uruguay) y arribo a Buenos Aires. En cabina doble interna con pasaje aéreos cuesta US$ 2.299 por persona, sin impuestos.
- Con salida desde Buenos Aires rumbo a Los Ángeles (Estados Unidos), el barco Sapphire Princess, de Princess Cruises ofrece un viaje con salida el 7 de marzo que dura 32 días y cuesta US$ 3.505 por persona. Las escalas son Montevideo, Puerto Madryn, Islas Malvinas, Cabo de Hornos (Navegación), Ushuaia, Punta Arenas, Glaciar Amalia (crucero escénico), Puerto Montt, San Antonio (Santiago de Chile), Coquimbo, Pisco, Lima, Manta (Quito), Puntarenas (Costa Rica), Puerto Vallarta, Cabo San Lucas y llegada a Los Ángeles. En este itinerario se intercalan días de navegación -el máximo son tres días seguidos- con las paradas. Una alternativa es iniciar el viaje en Santiago de Chile, embarcando el 21 de marzo y hacer un crucero de 18 días hasta Los Ángeles. Cuesta US$ 1.589 por persona. En este último caso hay que considerar los pasajes aéreos para volar a Chile y luego el de regreso desde Los Angeles.
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