Jackson Pollock, el pintor estadounidense que no eligió entre beber y conducir su descapotable

Acurrucada en el asiento trasero del Oldsmobile 88 verde, con la capota bajada, Edith Metzger grita a todo pulmón: "¡Detén el coche! ¡Déjame salir!". Una deslumbrante morena de pelo corto, amiga de Ruth Kligman, joven amante del pintor Jackson Pollock , está aterrorizada por el estado de ebriedad del artista. Sus poderosas manos aferran el volante, con el torso inclinado hacia adelante como si fuera a lanzar el vehículo en el que las dos amigas acaban de sentarse tras una breve parada en un bar para hacer llamadas. El trío se dirigía a East Hampton, Nueva York, para asistir a un concierto en los Creeks. A orillas del estanque Georgica, la casa y su gigantesco parque pertenecen al coleccionista estadounidense-filipino Alfonso Ossorio (1916-1990), quien los adquirió en 1951 por consejo de su amigo Jackson Pollock. La casa es el epicentro de la comunidad artística neoyorquina exiliada durante el verano o todo el año en Long Island , un pulmón de aire…