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Este pueblo, a 1 hora de Roma, es ignorado por los turistas, sin embargo la vista es sublime.

Este pueblo, a 1 hora de Roma, es ignorado por los turistas, sin embargo la vista es sublime.

Con vistas a un lago sublime, este auténtico pueblo espera ser explorado por viajeros curiosos.

Cuando pensamos en la región italiana del Lacio, el primer destino que nos viene a la mente suele ser Roma, la Ciudad Eterna. Sin embargo, a poca distancia de la capital italiana, se esconden maravillas que esperan ser exploradas. El Lacio está lleno de sorpresas para los viajeros audaces dispuestos a salirse de los caminos trillados. Esta región del centro de Italia, que se extiende desde el mar Tirreno hasta las estribaciones de los Apeninos, alberga una multitud de paisajes impresionantes.

Desde exuberantes colinas verdes salpicadas de olivos centenarios hasta lagos rodeados de densos bosques, la naturaleza reina en todo su esplendor. Enclavados en este verde paraje se encuentran pueblos medievales cargados de historia, testigos silenciosos del rico y agitado pasado de la región. Entre estos tesoros se encuentra un pintoresco pueblo, enclavado en las alturas de un lago de aguas cristalinas, que ofrece un espectáculo de singular belleza. El pueblo se alza sobre un pico rocoso, con vistas a un lago de color turquesa. Casas de piedra se aferran al acantilado: ¡bienvenidos a Castel di Tora!

A solo una hora en coche de Roma, este encantador pueblo se alza a 607 metros de altitud. Castel di Tora se alza con orgullo sobre el lago de Turano, una auténtica joya azul enclavada en un exuberante entorno verde. Este pueblo medieval, de apenas 300 habitantes, ha conservado su autenticidad y encanto de antaño. El lago de Turano, creado en la década de 1930 tras la construcción de una presa, se ha convertido en la joya de la región. Sus aguas cristalinas y sus orillas salvajes atraen a los amantes de los deportes acuáticos y la naturaleza.

Castel di Tora, con su ubicación privilegiada, ofrece unas vistas impresionantes de este lago. El pueblo en sí está repleto de tesoros arquitectónicos, testigos de su rico pasado. La iglesia de San Giovanni Evangelista, de estilo barroco, alberga espléndidos frescos del siglo XVI que deleitarán a los amantes del arte. La plaza principal, con su Fuente del Tritón, que data de 1898, es un punto de encuentro predilecto para locales y visitantes. Es, sin duda, el lugar ideal para tomar un café, un antipasti o un pequeño plato de pasta. Una oportunidad para saborear la Dolce Vita al máximo...

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