Castillo de Pau: 3 joyas poco conocidas que merecen la pena visitar

Visitar el Castillo de Pau significa pasear entre una plétora de obras de arte, desde esculturas hasta pinturas, pasando por delicados muebles, pero también un centenar de tapices de ^{los siglos} XVI ^al XIX. Se presentan a los visitantes unas cincuenta piezas, lo que convierte al museo en la segunda colección más grande de Francia, después del Louvre. Los guías turísticos que ofrecen visitas guiadas al museo no escatiman anécdotas sobre partidas de caza, trabajos de campo y actividades de ocio de la nobleza en el siglo ^XVI , esplendor real o escenas infantiles, y, por supuesto, episodios de la vida de Enrique IV... Estas fascinantes decoraciones murales se instalaron, en su mayoría, durante la remodelación del castillo en el ^siglo XIX.

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En la sala de recepción, no se pierda dos piezas del tapiz de " La Galerie de Saint-Cloud" , en la sala conocida como "Jeanne d'Albret", que presenta escenas mitológicas que ilustran la primavera y el invierno: " Las bodas de Flora y Céfiro" y " Cibeles implorando el regreso del sol".

El descubrimiento de la cámara natal del futuro rey de Navarra, reconstruida en la primera planta del castillo, es un punto culminante de la visita. Allí se puede contemplar la cuna, un objeto emblemático del lugar, hecha de caparazón de tortuga marina donde, según la leyenda, nació Enrique IV. Renovada en 2021, ahora se exhibe con una decoración bélica que simboliza las grandes hazañas del rey: seis lanzas de madera dorada, coronadas por una corona de laurel, un pañuelo de seda blanca y un yelmo magníficamente emplumado con 22 plumas de avestruz y rodeado por una corona de laurel. Un deslumbrante decoro "real", restaurado en 2022. En torno a esta cuna ceremonial y su conservación en la casa natal de Enrique de Navarra se concibieron las sucesivas restauraciones del castillo a lo largo de los siglos. Objeto de curiosidad, objeto de burla, admiración o elogio, su fascinación permanece intacta hoy en día.

Los jardines del castillo de Pau

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Alrededor del edificio, 22 hectáreas de vegetación son de libre acceso para los visitantes, ofreciendo otra perspectiva del castillo. El jardín se compone de tres zonas unidas por puentes que datan del siglo ^XIV : el perímetro del castillo, la Basse-Plante y, finalmente, el parque arbolado, dividido a su vez en dos: una zona boscosa en el espolón rocoso y un parque ajardinado en el valle.