Entre canales, puentes y bicicletas: por qué todos se enamoran de la magia de Ámsterdam

Se celebra cuando sale el sol en el otoño de Ámsterdam, la ciudad de los canales, las casas altas y las bicicletas.
Porque a toda hora, miles de residentes de la capital de los Países Bajos pedalean a toda velocidad por las anchas ciclovías con semáforos: van al trabajo, a estudiar, a los mercados.
Hasta llevan a los perros atados con una correa a la par o, adelante de la primera rueda, a los hijos en cochecitos cubiertos para protegerlos del viento y de la llovizna frecuente.
No hay mejor forma de recorrer la ciudad que en bicicleta, atándola con candado cada vez que haya que frenar porque nos advierten que es lo único que te pueden robar en este destino seguro, sustentable y vanguardista.
Pero también es un lugar ideal para caminar por sus calles históricas adoquinadas y para recorrer en cruceros fluviales, una gran oportunidad para pasar por debajo de algunos de los 1.200 puentes y navegar por algunos de sus 165 canales.
Orgullo de la ciudad, este sistema con más de 100 kilómetros de canales en forma de anillo, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por ser un ejemplo de planificación urbana y arquitectura del siglo XVII, testigo del motor económico y cultural.
Postal de las casas-barco flotantes en los canales. Foto Diana PazosConocida como la “Venecia del Norte”, Amsterdam alberga unas 2.500 casas-barco flotantes, todas con las cortinas abiertas (“no tenemos nada que ocultar”, dicen los neerlandeses).
A ambas márgenes de cada canal, lo mismo notamos al observar las características casas altas, inclinadas y muy estrechas: varias ventanas de vidrio, ninguna reja y el interior a la vista, a lo que se suma un gancho en lo alto de las fachadas para subir muebles o compras grandes.
“Amsterdam es única, tiene una identidad muy fuerte y todo ha sido moldeado en torno de la libertad y la tolerancia. Ha sido una ciudad muy moderna desde siempre: es la responsable de muchas cosas que tenemos hoy en día y del capitalismo tal como lo conocemos después de la Reforma", cuenta Erik Sadao, un brasileño que habla en español e inglés y será nuestro guía tanto en los museos principales de la ciudad como en un tour en bicicleta inolvidable.
En Amsterdam hay más bicicletas que personas. Foto Diana PazosY agrega: "Por ejemplo, en 1602 la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales fundó la Bolsa de Ámsterdam -la más antigua del mundo- para negociar sus bonos y acciones, y en 1609 el Banco de Ámsterdam facilitó por primera vez operaciones que son habituales en la banca moderna. Fueron siglos de expansión marítima, riqueza y cultura”.
En sintonía con su espíritu libre, “WorldPride Amsterdam 2026” se organizará del 25 de julio al 8 de agosto del año que viene, siendo la primera vez que la ciudad acoge este evento global, destinado a dar visibilidad y concientizar sobre temas LGBTQIA+ a nivel internacional. El primer matrimonio igualitario se celebró aquí en 2001, por lo que se celebrarán los 25 años.
Otros aspectos en los que la ciudad pone el acento son la sustentabilidad, la separación de residuos y el transporte. Lo pudimos comprobar en los primeros días de octubre: entre las multitudes de Amsterdam se escucha el silencio porque la mayoría de la gente usa a diario los tranvías, las bicicletas y los micro autos eléctricos.
“Hay más bicicletas que gente: son 2 millones de bicis y 1.300.000 habitantes, sumando los alrededores de la ciudad”, resalta Erik.
Amsterdam tiene 1200 puentes y 165 canales. Foto ShutterstockPara entender la lógica del destino, empezamos por el corazón del centro histórico, más precisamente por la Plaza Dam. Es una cuadrícula de pequeños adoquines cuyo origen se remonta al siglo XIII, cuando se construyó el primer Dam (dique, en holandés) sobre el río Amstel.
Allí se encuentra el Palacio Real -con su cúpula verde actualmente en restauración-, utilizado por la familia real para ceremonias oficiales y visitas de Estado.
Enfrentado, el Monumento Nacional recuerda a los caídos holandeses durante la Segunda Guerra Mundial. Y a un costado, en la iglesia nueva (Nieuwe Kerk), son investidos los monarcas, como les ocurrió en 2013 a los reyes Guillermo Alejandro y la argentina Máxima Zorreguieta.
El puente levadizo y angosto Magere Brug, el más visitado de la ciudad. Foto ShutterstockA pesar de su nombre, la iglesia nueva data del siglo XIV, cuando la iglesia vieja (Oude Kerk) no alcanzaba para todos.
Pasear por las calles y callejones de Ámsterdam permite ir descubriendo los diferentes barrios, todos llenos de encanto, con tiendas, museos y cafés que se entrelazan con la vida cotidiana de los vecinos. Y claro, también los "coffee-shops" para fumar, que desprenden siempre un perfume dulzón al pasar por la puerta.
Sin ir más lejos, el Jordaan es un antiguo barrio obrero que hoy se ha convertido en uno de los más bellos y vibrantes.
Sus calles adoquinadas esconden cafés, tiendas y galerías, y el bullicioso mercado Noordermarkt es ideal para empaparse del ambiente local. Aquí se encuentra la conmovedora Casa de Ana Frank.
Muchos turistas contemplan y sacan fotos en Prinsengracht 263, la puerta de la Casa de Ana Frank.
La puerta de la Casa de Ana Frank. Foto Diana PazosAl doblar la esquina, se encuentra el ingreso al museo desde donde se visita el Anexo en el que se escondieron por más de dos años con su padre, madre y hermana durante la ocupación nazi.
Una biblioteca con bisagras ocultaba la entrada que iba del negocio paterno a la parte de atrás de la vivienda, mientras amigos y conocidos les llevaban comida y noticias del exterior tanto a los Frank como a la familia Van Pels y Fritz Pfeffer.
La biblioteca giratoria que daba paso al Anexo donde se escondió la familia de Ana Frank. Foto: ShutterstockPero el 4 de agosto de 1944 fueron descubiertos y trasladados a campos de concentración, de los que solo el padre, Otto Frank, sobrevivió.
El publicó el diario de la joven, que se tradujo a 70 idiomas y, en 1960 la Casa de Ana Frank se convirtió en museo.
La visita permite recorrer las habitaciones del Anexo, ver los objetos que usaban y hasta leer fragmentos del diario original de Ana.
El Monumento Nacional de Holocausto, con sus ladrillos con nombres de las víctimas. Foto Diana PazosPara recordar a las víctimas del genocidio nazi, en el Barrio Judío hay museos, sinagogas y centros culturales que narran su historia.
El Monumento Nacional del Holocausto, conocido como el “Monumento de los Nombres”, es un recuerdo permanente de más de 102.000 judíos y gitanos asesinados durante la Segunda Guerra. Y por supuesto, uno de los ladrillos tiene el nombre de Ana Frank.
El mercado Albert Cuyp, en el barrio De Pijp. Foto ShutterstockComo estamos en un tour en bibicleta, en pocos minutos vamos hasta el barrio bohemio De Pijp, donde se destaca su mercado Albert Cuyp, que resulta un buen lugar para comer y tomar un café.
En este vecindario, los mayores de 18 años pueden realizar alguno de los tours que ofrece la “Heineken Experience”: desde un recorrido por la cervecería y degustaciones en la terraza con vista a la ciudad, hasta un crucero por los canales tomando una versión Premium.
En el barrio De Pijp se puede hacer la "Experiencia Heineken". Foto Diana PazosRecorremos también las famosas “9 Calles”, que tienen galerías y tiendas vintage; el elegante barrio Oud-Zuid; y la calle P. C. Hooftstraat, con tiendas de lujo como Chanel, Gucci, Hermés, Armani o Louis Vuitton en el Barrio de los Museos.
Justamente, en la Plaza de los Museos (Museumplein), fue retirado el icónico cartel “I amsterdam” porque convocaba multitudes que se sacaban selfies y ni pisaban los museos en muchos casos.
El barrio de las 9 Calles, con tiendas y cafés. Foto ShutterstockEsto se dio en el marco de medidas más severas que los vecinos le vienen reclamando al Ayuntamiento para desalentar el turismo masivo: aunque se aumentó la tasa turística, limitaron nuevos hoteles y redujeron los cruceros, el turismo siguió creciendo.
También fueron removidas las 22 estatuas de la plaza Rembrandt (Rembrandtplein) que representaban La ronda de noche.
En la plaza Rembrandt fueron retiradas las 22 esculturas de "La ronda de noche" y solo queda la del propio artista. Foto ShutterstockSi bien fue a raíz de un desacuerdo económico con los artistas creadores, también sirvió como un reflejo de la recuperación de espacios para los residentes frente al turismo.
El Museo Van Gogh alberga la mayor colección mundial del pintor neerlandés Vincent Van Gogh, incluyendo Los Girasoles, Almendro en flor, El Dormitorio y Los Comedores de patatas.
"La cosecha" (The Harvest), una de las obras más famosas de Vincent van Gogh. Foto Diana PazosSon más de 200 pinturas, 500 dibujos y 700 cartas, que muestran su intensa búsqueda artística y la representación de grandes temas como la esperanza, el amor, el miedo y el sufrimiento.
Cada obra invita a mirar cada pincelada y a descubrir cómo Van Gogh buscaba transmitir su visión del mundo y su lucha interior.
Con un túnel para bicicletas bajo la estructura palaciega y vecino del Van Gogh, el Rijksmuseum se distingue por sus más de 8.000 obras, que recorren 800 años de historia.
El gran museo Rijksmuseum, uno de los mejores. Foto ShutterstockEntre sus obras maestras, alberga La ronda de noche (de Rembrandt van Lijn, en restauración a la vista), La lechera (de Vermeer) y Autorretrato (de Van Gogh).
La biblioteca de Cuypers y el Pabellón asiático completan la experiencia, junto a la posibilidad de observar cómo se está restaurando La ronda de noche, la renovación más exhaustiva jamás realizada.
"La ronda de noche", la gran obra de Rembrandt van Rijn, en restauración a la vista. Foto Diana PazosLa colección del fabuloso museo incluye no solo pinturas, sino también casas de muñecas, maquetas de barcos y armería que permiten entender la vida y cultura del Siglo de Oro neerlandés.
A pocos metros, se destaca también el Moco Museum, que consiste en una gran muestra de arte moderno y contemporáneo en la Villa Alsberg, frente a Museumplein.
El museo Moco, con una gran colección de arte moderno y contemporáneo. Foto Diana PazosDesde 2016, exhibe reconocidas obras de Warhol, Haring, Banksy y Kusama, sumergiendo al visitante en experiencias inmersivas y digitales que completan la oferta cultural del barrio.
Volviendo al centro de Amsterdam, en Jodenbreestraat 4, la Casa Museo Rembrandt es uno de los paseos imperdibles para conocer la vivienda que Rembrandt van Rijn compró en 1639, cuando estaba en la cima de su fama.
La Casa Museo de Rembrandt, donde vivió el artista neerlandés. Foto ShutterstockReabierta en 2023 con cinco nuevos espacios, muestra el estudio donde creó sus obras, las técnicas de grabado y pintura, y los materiales que utilizaba uno de los mayores exponentes del Siglo de Oro neerlandés.
La vivienda conserva muebles y artículos de la época, recreando fielmente la vida de Rembrandt entre 1639 y 1658.
A su vez, la visita multimedia ofrece un recorrido cronológico que contextualiza su obra dentro de los cambios culturales, económicos y sociales de Ámsterdam en el siglo XVII.
La fachada de la Casa de Rembrandt y su museo. Foto ShutterstockLas salas adicionales permiten explorar sus últimos años y entender cómo las deudas y dificultades personales influyeron en su producción artística.
Además, los visitantes pueden participar de talleres prácticos y hacer paseos a pie y/o "cruceros de Rembrandt" para ir tras los pasos del fantástico artista.
Cómo llegar: Por KLM, un vuelo directo a Amsterdam cuesta desde US$ 1800 (klm.com).
La aerolínea es la única que opera de forma directa entre Argentina y Países Bajos, y une Buenos Aires y Amsterdam con 7 vuelos semanales directos, en aviones Dreamliner Boeing 787.
Los cómodos asientos de World Business Class con el kit de viaje. Foto Diana PazosTiene tres cabinas: World Business Class, Premium Comfort Class y Economy Class. El servicio de cabina ejecutiva de KLM para vuelos intercontinentales ofrece asientos que se vuelven camas de hasta 198 cm, comidas y bebidas de buen nivel gastronómico, entretenimiento en pantallas grandes, un kit de viaje y las icónicas casitas Delft Blue. Los pasajeros también tienen prioridad en el check-in, embarque, equipaje y acceso a lounges exclusivos.
La duración promedio de los vuelos es de 13 horas, y los pasajeros de Business y algunos socios de Flying Blue y SkyTeam tienen acceso a las salas Crown en los aeropuertos.
Desde 1952, en los vuelos internacionales la aerolínea les obsequia a los pasajeros de World Business Class una casa en miniatura de porcelana Delft Blue coleccionable que, en su interior, tiene ginebra holandesa Bols.
Las icónicas casitas Delft Blue coleccionables con ginebra holandesa Bols. Foto Diana PazosSe trata de una tradición que la compañía revela en cada aniversario, y el pasado 7 de octubre la aerolínea cumplió 106 años y reveló una casita que es una réplica de Villa Rameau, un museo ubicado en la ciudad de Leiden, donde se alojaron los peregrinos ingleses (Pilgrims) antes de partir a Estados Unidos en el siglo XVII.
Dónde alojarse: Desde hostels de € 60 a hoteles 5 estrellas, hay toda clase de alojamiento en los barrios. Por ejemplo, el Hotel Jakarta Amsterdam ubicado en la isla de Java, donde el río conecta con el centro de la ciudad.
- Museo Van Gogh: la entrada con audioguía, € 27,75; solo entrada, € 24; hasta 17 años, gratis.
- Casa Museo Rembrandt: € 21,50; hasta 25 años:, € 15; de 6 a 17 años, € 8; menores de 6, gratis.
- Rijkmuseum: € 25; menores de 18, gratis.
- Museo Moco: € 19,95; de 7 a 17 años, € 17,97; menores de 6, gratis.
- Casa de Ana Frank: € 16; de 10 a 17 años, € 7; menores de 9, € 1.
Dónde informarse: www.iamsterdam.com
Clarin


