¿De vacaciones en coche eléctrico? Los franceses aún no están del todo convencidos.

Esto solo sorprenderá a quienes viven en el mundo de los Osos Cariñositos: el coche sigue siendo el medio de transporte preferido de los franceses para ir de vacaciones. Además de ofrecer la mayor flexibilidad, es el medio de transporte más económico y versátil para una familia. Finalmente, el coche es la forma más cómoda de llegar al destino de vacaciones. Los trenes a menudo no llegan a tiempo o se cancelan, y los aviones también tienen sus inconvenientes.

Según un estudio realizado por Peugeot en colaboración con el IFOP el pasado mes de mayo entre 1.002 franceses mayores de 18 años, el 86% de ellos utilizan el coche para irse de vacaciones. ¿Estarían dispuestos a considerar viajar en un vehículo eléctrico? Ese fue el tema de la encuesta. La transición ecológica está en la mente de todos. La Comisión Europea ha impuesto el cambio a vehículos totalmente eléctricos a partir del 1 de enero de 2035. A partir de esa fecha, los fabricantes que operan en Europa solo podrán vender vehículos eléctricos, de batería o de hidrógeno (aquellos considerados de "emisiones cero"). Para entonces, la normativa impone una trayectoria de descarbonización particularmente ambiciosa. Para 2030, los fabricantes deberán haber reducido las emisiones de _CO2 de sus gamas en un 50%. Esto requiere vender principalmente vehículos descarbonizados. Sin embargo, estamos lejos del objetivo. En el primer semestre de 2025, los modelos eléctricos representaron solo el 15,6% de las matriculaciones de vehículos nuevos en Europa. Francia, uno de los países con mejor desempeño de Europa, vio su participación aumentar al 17,5%, pero en un mercado que disminuyó un 7,9% durante los primeros siete meses del año.

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En este contexto, Peugeot buscó conquistar el corazón de los franceses. Su percepción de los coches eléctricos refleja el nivel del mercado. Al 75 % de los franceses todavía le resulta difícil irse de vacaciones en un coche eléctrico. Las razones de esta reticencia son siempre las mismas: el coste de la compra para el 71 %, la autonomía limitada y el tiempo de carga. A esto se suma la preocupación por las colas en las estaciones de carga. Esta posibilidad es muy probable en ciertas estaciones de servicio de autopistas en los días de mayor afluencia. Podríamos argumentar que no es un gran problema, que son las vacaciones, pero añade una restricción que la mayoría de los conductores no están dispuestos a aceptar.

Aunque el estudio muestra que solo el 8% de los franceses ya ha probado un coche eléctrico de vacaciones, no especifica si la prueba fue concluyente. Sin embargo, muchos conductores admiten que «probarlo es adoptarlo». Sin ruido ni vibraciones, el coche eléctrico ofrece una experiencia de conducción tranquila y apacible. Cabe destacar también que el coste de mantenimiento de un vehículo de batería es menor que el de un modelo equivalente con motor de combustión. Sin embargo, contrariamente a la creencia popular, las averías no son menos frecuentes que con los motores de gasolina.

Finalmente, el estudio de Peugeot muestra que las generaciones más jóvenes son más receptivas al cambio que las mayores. Esta es la paradoja de nuestra sociedad: quienes están listos para cambiar a vehículos eléctricos son quienes menos viajan en coche. La edad promedio para comprar un coche nuevo es de 54 años en Francia. Y la encuesta concluye que «el 78 % de los franceses desea más infraestructura de carga en las zonas turísticas. Esta necesidad revela un obstáculo estructural que va más allá de la responsabilidad exclusiva de los fabricantes: sin un apoyo integral, que incluya a las autoridades locales, los operadores de infraestructuras y los actores del turismo, la transición a los vehículos eléctricos seguirá percibiéndose como incompleta».