Dax: frente a la Fontaine Chaude, la cerveza es fresca y cambia según las estaciones.

En la Place de la Fontaine-Chaude, la antigua crepería ha dado paso a una cervecería: Beerhouse. Una creciente selección de bebidas a base de lúpulo busca atraer la atención de la ciudad balnearia.
Este no es su primer intento. Kevin Brouste abrió su segundo negocio con tres amigos el 21 de marzo: Beerhouse, que significa Casa de la Cerveza (1). Exdirector del bar de tapas El Txupinazo, pero también exsocio del restaurante Chez les garçons, decidió lanzar un concepto dedicado a las copas después del trabajo. "Quería alejarme del negocio de la restauración; me quita demasiado tiempo y hay demasiadas limitaciones", comparte.
No se preocupen, para los amantes de los aperitivos, el bar sigue ofreciendo "finger food", en resumen, algo para comer al paso. Incluye pizzas pequeñas hechas por el panadero local, recién calentadas en el horno del establecimiento, para compartir o no.
Para este perpiñánero, residente de Dax desde 2014, alojarse en la imprescindible Place de la Fontaine-Chauté fue una decisión obvia. "Me voy mudando con el tiempo", sonríe. Beerhouse está a pocos metros de su antiguo negocio. Con sus tres socios y amigos de toda la vida, intenta satisfacer una demanda muy específica, mientras que varios establecimientos de Dax han hecho de la cerveza artesanal su sello distintivo en los últimos años.
Esta bebida le ofrece "un abanico más amplio que el mundo del vino". La sensación de no tener límites. "Descubres cosas nuevas todo el tiempo", dice el amante de la cerveza, "es divertido".
Tarjeta efímeraEl objetivo de Kevin: «Presentar la mayor cantidad de cervezas posible a la mayor cantidad de gente posible». Para lograrlo, la carta es efímera. En cuanto se vacía el barril, la cambiamos. Desde marzo, afirma haber ofrecido a sus clientes unas cincuenta cervezas diferentes, según sus descubrimientos. Esto es un activo para los cerveceros, muchos de los cuales visitan su local. «Es un bar que ofrece cervezas específicas, sobre todo belgas», comparte Frédéric Polaszek Lefort, representante de ventas de la cervecería Lefort. «No es algo común. Intentamos atraer a los amantes de la cerveza».
El profesional vino a hablar con Kevin por tercera vez con el objetivo de ofrecerle su producto. «No es raro que nos contacten cervecerías belgas», confesó el gerente.
Bebidas elaboradas en Nueva Aquitania, como Anglet, Burdeos, Angulema y también en San Sebastián, así como productos de Alemania, se están abriendo camino tras los mostradores. «Todavía hay muy pocas cervecerías en las Landas», lamenta. Algunas incluso tienen dificultades, y solo unas pocas logran sobrevivir.
En la barra, Alan, camarero y mano derecha de Kevin, no para de abrir las doce cervezas de barril. "En total, ofrecemos unas treinta cervezas al día, entre latas y botellas", explica Kevin. Con entre 3 y 10 grados de alcohol, y precios que oscilan entre los 3,50 y los 6 euros, la gente de la terraza parece seducida. "Nos sentimos como en casa", dice. "Aquí nos tratamos de tú a tú con todos, incluso con las personas mayores, y les encanta".
(1) El abuso del alcohol es peligroso para la salud.
SudOuest