Burdeos: durante la construcción, se vigila de cerca el más mínimo movimiento del puente de piedra.

El puente más antiguo de Burdeos se encuentra en el centro de una importante operación de rescate para evitar que se derrumbe por su propio peso. Está equipado con sensores y se encuentra bajo estrecha vigilancia.
En obras de refuerzo hasta julio de 2029 , el puente de piedra se observa como un paciente en urgencias. Con doscientos tres años de antigüedad, la estructura de Burdeos ha alcanzado sus límites de deformación: si no se hace nada, acabará derrumbándose por su propio peso. En la primavera de 2025, el alcalde Pierre Hurmic fue claro: las obras son una operación de rescate para el puente más antiguo de la ciudad. Construido en 1822, antes de la llegada del hormigón armado y los métodos modernos de perforación, se apoya en un bosque de troncos de pino incrustados en el barro, sin apoyarse en tierra firme. Como resultado, continúa derrumbándose.
El proyecto actual pretende perforar 160 micropilotes en los pilares que no fueron tratados durante la primera campaña de refuerzo de la década de 1990. Durante esta fase, el puente ha estado revestido con sensores y marcadores. Se monitoriza hasta el más mínimo movimiento. No lo percibimos, pero la estructura se mueve constantemente. «La semana pasada, el coeficiente de marea fue de 106. No percibimos nada, pero los sensores registraron todos los movimientos», revela Olivier Hauquin, director de proyecto de Bordeaux Métropole.
"El suelo reaccionó"Estos sensores están instalados dentro de la estructura, dentro de cada pilar y en el exterior. «Contamos con dos tipos de mediciones, lo que nos permite cruzar los datos y observar todos los movimientos del puente», continúa. El efecto de los primeros micropilotes perforados este verano se detectó de inmediato. «El terreno reaccionó, se desestabilizó ligeramente, dentro de los límites previstos».
El puente de piedra es frágil y se encuentra bajo vigilancia constante. La organización de la obra también tiene en cuenta esta fragilidad. Los primeros pilares tratados este verano no están ubicados uno junto al otro, sino separados por dos pilares para evitar la creación de un punto de contención en un mismo punto del puente. Este año se trataron los pilares 8, 11 y 15. Según el propietario del proyecto, los pilares reforzados tardarán un año en absorber los efectos de las obras y encontrar su cimentación definitiva.
SudOuest