¿Qué hacer en Los Cabos? Así es el rincón más exclusivo de México, donde el turismo traduce descanso y bienestar
Lo primero que observa un turista al aterrizar en el aeropuerto internacional de Los Cabos son jets privados. Embraer Phenom 300, Cessna Citation Excel y Bombardier Challenger 600 —aeronaves de alto nivel ejecutivo— son algunos de los modelos que se encuentran en una de las pistas con mayor tráfico de aviación privada en México. La mayoría de los visitantes llega en busca de una experiencia de lujo, pero, sobre todo, de descanso.
Los Cabos, en el estado de Baja California Sur, es el rincón más exclusivo de México. Este municipio, ubicado en la punta final de la península, entre el océano Pacífico y el megadiverso mar de Cortés, tiene su cabecera en San José del Cabo, aunque su centro poblado más importante es Cabo San Lucas.
Allí es donde personalidades de Hollywood como George Clooney, Cindy Crawford, Rande Gerber, Jennifer Aniston, Adam Levine y Britney Spears tienen sus villas de descanso y pasan sus días de reposo, rodeados por un paisaje desértico de cardones que alcanzan los tres metros de altura y el aroma salobre del océano, presente en casi cualquier vista hacia el horizonte.
Los Cabos ofrece una combinación excepcional de belleza natural, alojamientos de lujo y bienestar. Foto:Hassem Salum
Y aunque despierta cada vez más interés entre los viajeros —y no es para menos, tras recibir galardones como el Top Destination 2025 de Tripadvisor o la certificación de Airbnb como uno de los destinos más hospitalarios del mundo—, Los Cabos no es para todos. En promedio, una noche de hospedaje cuesta 472 dólares, y la oferta se centra en hoteles boutique o de cinco estrellas, con terrenos extensos y habitaciones tan amplias como el desierto que las rodea.
Llegar a Los Cabos es aceptar una invitación silenciosa a bajar el ritmo. Todo a su alrededor está diseñado para no perturbar el silencio y la serenidad del lugar. Si usted quiere viajar allí, lo primero que debe preguntarse es: ¿quiero descansar o celebrar? ¿busco un refugio donde el tiempo se detenga o lo mío es más el afán de la gran ciudad? ¿prefiero un retiro de yoga y meditación o más bien lo que quiero es irme de compras?
Cuando se viaja, cada quien tiene sus preferencias, pero si lo suyo son las experiencias de bienestar y descanso, entonces su próximo destino debe ser Los Cabos, que el año pasado recibió más de 7.400 viajeros colombianos. Con eso en mente, empecemos con esta, que será su guía para disfrutar algunos de los rincones más soficiticados de este resguardo de bienestar.
Los Cabos es un destino donde el viajero promedio gasta en hospedaje más de 400 dólares por noche. Foto:Hassen Salum
Arquitectura serena
En Los Cabos, los hoteles —y en general cualquier edificación— no puede tener más de cinco pisos. El objetivo es mantener despejado el horizonte para que, sin importar donde usted se hospede, pueda tener una visual despejada. La oferta de camas, que no es poca, suele en todo caso estar en altos niveles de ocupación, con un promedio del 79 por ciento gracias a que allí se realizan eventos internacionales como el ATP 250 de tenis, el PGA Tour de golf y el Torneo Bisbee’s de pesca.
Pero entre las opciones disponibles, un imperdible es el Nobu Los Cabos donde la arquitectura también traduce meditación. Este hotel, estratégicamente posicionado frente a las costas del Pacífico y ubicado dentro de la misma propiedad que alberga un campo de golf diseñado por Tiger Woods, combina líneas limpias y pensadas al detalle con una estética japonesa. Nada sobra. Nada falta.
En Nobu Los Cabos la serenidad y la estética es lo más importante. Foto:Nobu Los Cabos
Este es el hogar del ‘Soul Wellness Retreat’, una experiencia diseñada para quienes entienden que el descanso también puede ser transformador. Nobu, entre cuyos dueños se encuentran el actor Robert Deniro, no es solo un hotel: es una pausa, donde las inmensas habitaciones con vistas perfectamente cuidadas ―hacia el Pacífico, sus jardines desérticos o sus piscinas― hacen que el tiempo se extienda y el día aparente durar el doble.
Dentro del mismo complejo, Esencia Wellness Spa, se despliega como un jardín zen. Con un circuito de hidroterapia al aire libre, al que se suman jacuzzis techados, sauna y cuarto de vapor, Nobu se convierte en el escenario idóneo para empezar y terminar los días, en medio de dorado cinematográfico del sol, que siempre se acuesta tras del mar y surge en las montañas de la Sierra de La Laguna.
Complejo de piscinas del hotel Nobu Los Cabos. Foto:Nobu Los Cabos
Gastronomía ‘de la granja a la mesa’
La alta cocina es uno de los sellos de Los Cabos. Baja California Sur alcanzó un total de 21 reconocimientos en la Guía Michelin México 2025, donde se destacan las apuestas de gastronomía local reinterpretada; la sostenibilidad basada en la filosofía ‘de la granja a la mesa’, donde todo lo consumido es cultivado dentro de la misma propiedad o en zonas cercanas; y una defensa profunda por lo natural, siendo este el Estado donde más se consume y producen alimentos orgánicos en todo México.
Para entender el alma culinaria de Los Cabos, hay que subir la colina hasta Monte Cardón. A solo 18 minutos de San José del Cabo, este restaurante de filosofía ‘farm-to-table’ ofrece una experiencia exclusiva, reservada para tan solo 12 comensales por noche que pueden disfrutar de un menú de seis pasos donde cada ingrediente fue cultivado o capturado a menos de 20 kilómetros a la redonda.
En sus cenas exclusivas, el chef no sólo cocina: conversa. Ubaldo Martínez, quien dirige el proyecto junto a su esposa y varios socios, comparte el origen de cada ingrediente, explica el porqué de cada maridaje y ofrece un brindis con vinos mexicanos mientras el sol esconde frente a las montañas de La Sierra, en medio de una vista privilegiada que deja apreciar el final de la península.
“¿Por qué servir salmón traído desde Alaska si tienes huachinango fresco a 10 kilómetros? No tiene sentido”, argumenta Martínez. En Monte Cardón los comensales también pueden convertirse en cocineros, pues el restaurante ofrece la posibilidad de tomar clases de cocina tradicional mexicana.
Cena en el retsaurante Monte Cardón. Foto:Hassen Salum
Otro imperdible es el oasis en medio del desierto: Acre. En Ánimas Bajas, una zona conocida por sus palmas y arquitectura discreta, este restaurante, dentro de una espesa selva que contrasta con el desierto a su alrededor, muestra con orgullo su galardón: una Estrella Verde de la Guía Michelin, que reconoce a restaurantes con platillos y cócteles que reflejan un profundo respeto por el entorno desde la sostenibilidad.
Aquí, la experiencia de lujo es orgánica. Acre no es solo un restaurante, sino también un exclusivo resort homónimo, donde las habitaciones son casas en los árboles, elevadas entre ramas y aves o grandes villas familiares que gracias a sus materiales de construcción son más frescas y requieren de menos energía para alimentar sus aires acondicionados.
La piscina de Acre se esconde en su selva repleta de palmeras, y el restaurante ha sido galardonado por su capacidad de transformar los tacos estilo baja y los aguachiles a partir de lo que cultivan en sus terrenos, donde además ofrecen clases de mixología, paseos a caballo en medio de los cardonales, talleres de velas y yoga bajo sus árboles de mango.
Algunos de los platos de la cocina del restaurante Acre. Foto:Hassen Salum
Suda: el cuerpo como brújula
Para quienes buscan una reconexión más profunda, Los Cabos surge como un destino donde el descanso también está atravesado por lo espiritual. Experiencias como el ‘Soul Wellness Retreat’, organizado por el equipo de Suda Experience, ofrecen algo más que clases de yoga.
Con base en una filosofía holística que honra al cuerpo, al silencio y al paisaje, Flor Daneu y Lighuen Desanto, cocreadores de esta propuesta, aseguran que no construyen retiros sino que diseñan experiencias que se sienten como rituales. “La vida urbana nos desconecta. Vivimos corriendo, y se nos olvida el cuerpo, la respiración, el alma”, explica Flor.
Experiencias de meditación frente al Pacífico del Soul Wellness Retreat ofrecido por Suda. Foto:Hassen Salum
El retiro Soul, que lideran en colaboración con Nobu, incluye ceremonias al atardecer, meditaciones frente al mar, espacios de ejercicio físico para activar los músculos y sesiones de respiración guiada. Estas actividades llevan al cuerpo a una sensación de plenitud y sosiego que permite sentir —y vivir— más allá de lo que las atareadas vidas citadinas permiten.
Incluso respirar se siente diferente. Y Ofelia Bojórquez lo sabe. Psicóloga y terapeuta especializada en trabajo de respiración, durante el retiro Soul, Ofelia guía sesiones que parecen pequeños viajes a través de respiraciones conscientes, música y silencio.
“Es lo más cercano a estar en un viaje sicodélico sin consumir ninguna sustancia. Una experiencia fuera de lo convencional solo a partir de respirar”, explica Lighuen.
Ofelia Bojórquez guía las sesiones de respiración activa durante el Soul Wellness Retreat. Foto:Hassen Salum
Mar adentro
Pero el azul del mar de Cortés no está solo para apreciarlo a lo lejos. Al llamado ‘acuario del mundo’, por su inmensa biodiversidad, también hay que entrar. A bordo del Pelican 11, un catamarán de dos pisos para hasta 45 personas, usted puede explorar el Arco de Los Cabos, una icónica formación rocosa ubicada en Cabo San Lucas. Pero también tiene la oportunidad de saltar al agua, donde no se sorprenda si terminan nadando, a su lado, tortugas, delfines o lobos marinos que se acercan curiosos.
La experiencia se siente más como un salón flotante que como una embarcación. Cócteles, música suave, colchonetas flotantes y una vista privilegiada completan la experiencia ideal para pasar un día distinto, donde la naturaleza exhuberante marca el descanso.
Pasar una tarde en el mar de Cortés, el 'acuario del mundo', es un obligatorio si va a Los Cabos. Foto:Hassen Salum
En Los Cabos el lujo no es ostentoso, pero sí es visible. Menús de seis tiempos, naturaleza virgen, arquitectura de revista y retiros de meditación son parte de la experiencia para el viajero que quiera disfrutar del rincón más exclusivo de México. Pero más allá de eso, el verdadero lujo está en la experiencia, en la autenticidad de un lugar que es diferente a lo convencional y en la posibilidad de desconectarse.